Arte en Hotel Puerta Serranos: La obra de FORNER, ‘Jugador de pintura’

El artista desarrolla para este enclave un trabajo conceptual que rememora el secado de las telas y cueros de las curtidurías de la zona que, durante siglos, fue el centro de las labores de curtido y tintado de pieles en la ciudad de Valencia.

En estas tiras de pintura, donde FORNER ‘Jugador de pintura’ investiga al máximo las cualidades de la pintura como materia en sí misma, la pintura y el pigmento no solo son el vehículo, sino también el fin en sí mismo de la obra.

La obra de Forner, ‘Jugador de pintura’ en Hotel Puerta Serranos

Ubicación histórica

Durante siglos este distrito fue el centro de las labores de curtido y tintado de pieles en la ciudad de Valencia. Estas tenerías musulmanas y luego cristianas adosaban sus balsas a la antigua muralla musulmana y aprovechaban el agua del río Túria para su trabajo.

El gremio de Blanquers es el que da nombre a la calle en la que encontramos el Hotel Puerta Serranos ya que así se denominaba en valenciano al gremio de curtidores de la ciudad de Valencia.

Esta calle está situada en lo que fue el antiguo arrabal de Roteros. Este le debe su nombre a la palabra latina «rothorium», así se llamaban en latín vulgar a las balsas de agua donde se teñían las telas haciendo esta palabra referencia al hecho de dar vueltas a las telas en las tinajas para tintarlas.

A principios del siglo XX todavía se desarrollaba esta actividad en la zona.

La obra de FORNER ‘Jugador de pintura’

La intervención artística llevada a cabo por FORNER ‘Jugador de pintura’ en el Hotel Puerta Serranos sita en calle Blanquerías aúna el pasado y la historicidad del enclave del edificio en el céntrico barrio del Carmen de Valencia con la modernidad de la experimentación en su técnica.

FORNER desarrolla para este enclave un trabajo conceptual que rememora el secado de las telas y cueros de las curtidurías de la zona. Para ello hace uso de pintura elastomérica modificada en su composición a raíz de años de experimentación con esta materia prima y la colaboración con fabricantes de pintura y químicos en un proceso continuo de exploración de la pintura y el pigmento, como técnica y objeto material de la obra. Los elastómeros no son tan líquidos como la pintura plástica común lo cual le permite permite jugar con la maleabilidad del material creando  formas y volumetrías cuasi escultóricas y abandonando el punto de vista único de la tradición pictórica.

Doce tiras de pintura se encuentran suspendidas de anclajes metálicos en las esquinas del patio de luces del hotel repartidas en grupos de tres en cada una. Estas tiras se han llevado a cabo con una paleta de colores saturada que recuerda a los vivos colores de las curtidurías musulmanas. En estas tiras de pintura vemos como FORNER ‘Jugador de pintura’ investiga al máximo las cualidades de la pintura como materia en sí misma siendo el color un instrumento más de su investigación. La oscilación debido al peso y las corrientes de aire recordarían lo que fue el paisaje de la zona durante siglos, la calle de los «blanquers» los curtidores que tintaban y trataban el cuero en esta histórica zona de Valencia.

La materia principal de estas piezas es la pintura, el pigmento, en sí misma y las cualidades materiales y físicas de la misma. A pesar de que contiene fibra de vidrio (para que el material mantenga su forma con el paso del tiempo) este no funciona como un soporte tradicional de la pintura sino más como un armazón escultórico. La pintura actúa como medio y soporte. Pese a la planeidad de esta obra el trabajo que realiza FORNER ‘Jugador de pintura’ con el pigmento y la textura le otorga un valor escultórico que acaba desligando el pigmento del soporte. La maestría en el uso del material permite a FORNER ‘Jugador de pintura’ una gran amplitud de posibilidades: captura el movimiento y el gesto, reflejando la intensidad, el ángulo, y la densidad de la aplicación del pigmento de forma dinámica jugando con la materialidad que le ofrece la pintura.

Esta obra tiene por tanto una relación intrínseca con el resto de la obra pictórica de FORNER ‘Jugador de pintura’ en la que quiere controlar la materia y experimentar poniendo énfasis en el dinamismo del material: la pintura y el pigmento no solo son el vehículo sino también el fin en sí mismo de la obra.